No hay villancicos ni aguinaldo
ni risa esta Navidad;
no es justo que te hayas marchado,
no es justo que me hayas dejado
y no pueda ya verte jamás.
Treinta y uno de diciembre
y sin ti acabo el año,
no cuentas las uvas conmigo,
no puedo brindar hoy contigo
y eso, padre, me hace daño.
Y el dolor es tan inmenso
porque hoy se que no estás aquí,
y aunque estás en mi alma escondido
no quiero creer que he perdido
tu risa, tu voz, padre, a ti.
Virginia, 31/12/2010
.....comprendo tu dolor ...es duro decir adios a los seres queridos y en estos dias ...se le recuerda con especial cariño me encanta el racimo de uvas que has colgado!!!!ánimo amiga
ResponderEliminarespero que tu poesia te haya liberado algo...escribir es una forma de no olvidarlos
un abrazo de Begoña