¡Por fin lo he terminado! Me empeñé en hacerle un Dormilón Tilda a mi niña y, aunque me ha costado un triunfo, sobre todo poner el cuello del pijama, lo he conseguido. Lo único que le falta es ponerle una de las manitas tapándose la boca, como si estuviera bostezando, pero Alba no ha querido. Tenía tantas ganas de que se lo terminara para dormir con él que no ha querido esperar ni un minuto más.
Ha quedado mono, ¿verdad? Ahora a por el siguiente trabajito, que tengo unos pocos en marcha.
Por cierto, las brujillas de mi primera entrada están hechas de fimo. Para las que no sabéis qué es, se trata de una pasta modelable, como plastelina, que endurece en el horno. Os lo cuento porque me han preguntado por ello en los comentarios a la entrada. Lo siguiente que trataré de hacer son hadas. Ya os las enseñaré si me salen bien.
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