Hoy he podido escucharte, padre,
en el fondo de mi alma;
no ha sido tu voz la que oía,
eran notas de guitarra.
Te he visto con ella en la mano
tocando unas notas sueltas,
y yo escuchando esos acordes
que aún mi corazón llenan.
Y al coger esa guitarra
el dolor es tan inmenso
que me parte en dos el alma
pero me acerca a tu cielo
donde tú estás escuchando
cada nota de mis dedos;
sabes que te quiero, padre,
que vivo con tus recuerdos.
Y algún día tocaremos
los dos juntos allá arriba
mientras tanto, padre, escucha,
tu música en mí aún está viva.
A mi padre, al que echo tanto de menos
Tan bonito como siempre,animo y muchisimos besos Marivir.te quiero =)
ResponderEliminarMaripili
Precioso poema, mucha fuerza amiga.
ResponderEliminarBesos