Hoy quiero presentaros a alguién muuuuuuy especial para mí: esta es mi amiga Charito. Ya os había hablado de ella en alguna ocasión pero, con la de veces que nos juntamos nunca habíamos tenido tiempo de hacernos una foto. El domingo fue el día. Charito había venido de Málaga, donde vive, a pasar el fin de semana a Madrid, a la boda de una sobrina. Por supuesto, Pablo, su marido, y ella, encontraron el momento para venir a vernos a casa.
Hablar de ellos hace que se me salten las lágrimas, porque la echo muuuuucho de menos. Las casi tres horas que estuvieron con nosotros se nos hicieron cortísimas. Nos dimos nuestros regalos de cumpleaños de los que, como suele pasar en estas ocasiones, ¡no hicimos fotos! Pero bueno, sobre la mesa se ven dos cachitos: el costurero que yo le hice a ella y el pedazo de libro de patch de Jiny Beyer que ella me regaló a mí. Hablamos, nos reímos y nos lo pasamos genial.
Hablamos todos los días por teléfono, y nos vemos un ratito dos veces al año pero a veces la siento tan cerca que es como si nos estuviéramos viendo todos los días.
Y qué puedo contaros de Pablo, su marido: ENCANTADOR, en mayúsculas, y no conozco a tío más cachondo que haya pisado la tierra, siempre con alguna anécdota que contar, ¡vamos, que intenta escribir un libro con ellas y le sale una enciclopedia, ja, ja! No quería salir en la foto, peeeero, ¡no se ha librado!
Esta vez nos ha quedado pendiente ver a sus tres hijos, Paula, Miguel y Borja, a los que mando un beso muy fuerte desde aquí.
¡Charito, que te echo muuuuucho de menos! Nos tiene que tocar la lotería a lo grande para comprarnos un chalet una al lado de la otra y hartarnos a coser las dos juntas todos los días.
Un besazo muuuuuuy grande desde Madrid.