Como algunas ya sabéis, mi marido lleva en Málaga trabajando dos años pero, sobre todo el último año para mi hija y para mí ha sido más especial. El verano pasado tuve la suerte de conocer a unas amigas muy grandes y ayer, con todo el dolor de mi corazón, he tenido que despedirme de ellas. Me queda una por localizar, Marisa, a la que he llamado pero no he podido dar con ella.
Bueno pues, os cuento, ayer hice muchas cosas: charlé, me reí, me divertí, cosí,
comi, aprendí un montón de cosas, y como ya os he dicho, me tuve que despedir. Aquí os dejo unas fotos, de las que nos juntamos ayer:
Charito,
Mila, Ana Esther (que puso la casa, ¡preciosa y llena de flores!),
Loli,
Paqui y yo, y los niños de
Mila,
Paquito y Victoria (a la que no le hice una foto, ¡ya me vale!, y mi niña, Alba. Aquí abajo nos veis a todas, en la foto que Alba nos hizo como pudo.


Me llevé una grata sorpresa cuando
Paqui y Ana Esther me hicieron estos regalos: un llavero de
Paqui, y un broche de Ana Esther. Según ellas, tenían un asunto pendiente conmigo,
ja,
ja. El verano pasado, cuando yo las conocí en el hotel de
Marisa, le llevé de regalo unos alfileres de
fimo hechos por mí. ¡Esta es su venganza!,
ja,
ja.

Y esto es lo que yo cosí. El broche, precioso y con un trabajo bárbaro, que nos enseñó a hacer Ana Esther y los porta-
klinex que me enseñaron a hacer entre
Paqui y
Mila. Ellas empezaron a hacer un bonito costurero de viaje pero, a mí ya no me dio más tiempo.