Los marcianos de Alba invaden el planeta

Lo habéis leído bien: los marcianos de Alba invaden el planeta. Lleva toooooooda la tarde haciendo marcianitos de plastilina que, como podéis ver, están conquistando país por país. ¡La imaginación de esta niña no tiene límites!

Hoy soy feliz

Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto. Hoy Alba y yo hemos dado nuestro primer concierto de guitarra, por llamarle algo a lo que hemos hecho, ja, ja. Me vais a permitir que os cuente algo, el principio, para poder entender el final.

Cuando mi padre murió yo quise quedarme su guitarra pero, no sabía tocar ni una sola nota. El año pasado, en la parroquia donde Alba va a hacer la Comunión, me enteré que había un grupo de chavales que daban clases, así que muerta de vergüenza por ser la más mayor, pero con unas grandes ganas de aprender para recordar a mi padre, allí que nos fuimos Alba y yo con nuestras guitarras porque, por supuesto la peque quiso apuntarse conmigo, ¡cómo me iba a dejar sola!

Lo que empezó siendo algo triste y muy doloroso, por el recuerdo de mi padre, se ha convertido en los momentos más alegres y divertidos que llevo vividos en los últimos meses, culminando hoy con ese "conciertillo" que os digo que hemos dado en la parroquia para nosotros mismos, entre compañeros de clase, de momento, ya se verá si abrimos las puertas a las familias más adelante.

Cuando empecé las clases me sentí muy rara, yo con cuarenta años entre chicos de diecisite-dieciocho años calculo (porque no se la edad exacta) como profes y además viendo a los pobres que no sabían qué hacer conmigo, llamarme de Ud o de tú, ja, ja, ahora me río. ¡Y la de veces que he estado a punto de tirar la toalla porque no era capaz de tocar una nota!

Hoy he cantado con ellos y, sobre todo, por ellos, por Alex y Álvaro, los que me enseñaron a tocar las primeras notas, por Ángel y Johana, que consiguieron que cantara a la vez que tocaba (cosa muuuuy difícil para mí) y Toño (el mayor del grupo, con unos cuantos años más de los dieciocho) y Jose Luis que este año me están dando una caña que ya veremos si resisto. Con ellos y por ellos, hoy he vuelto a reir como llevaba mucho tiempo sin hacerlo. No hay palabras para contaros lo que se siente y decirles gracias por todo lo que me están dando es muy poco.

Espero haber podido transmitiros un poquito de mis sentimientos.

Un ratito de costura

Bueno, ratito ratito, no, ¡que llevo todo el día haciendo esta birria de buhos! Digo birria no por lo feos, sino por lo pequeños. Pero han quedado bien salaos.  

Después de casi un mes...

Ya os habréis dado cuenta de que casi no paso por aquí últimamente, ¡es que no tengo muchas ganas de enchufarme al ordenador! A ver si con la primavera me despabilo un poco porque con el frío solo tengo ganas de hacerme una bola en el sofá con un edredón encima y dormir.

Aunque no os enseñe cosas, algunas pequeñitas estoy haciendo. Si que es verdad que estoy metida en una grande, que ya os enseñaré, y que me está dando trabajillo. De momento hoy os enseño unas piezas nuevas de fimo, con unas técnicas nuevas que he aprendido. Supongo que algunas ya las tenéis superadas pero para mí, que son nuevas, la verdad es que me encantan.

Lo primero este broche de fimo, realizado con la técnica de la transferencia y tintas. Lo aprendí a hacer un día con Fabi, que es una maravillosa persona y maravillosa artista.

Estas otras dos piezas son un espejito de bolso y un pastillero, con la técnica del degradado. No tenía muy claro si el pastillero iba a resistir el horno pero al final, lo consiguió.

Bueno, de momento por hoy es todo. Espero actualizar un poquito más el blog con un poco más de frecuencia.